Aprendizajes de 30 entrevistas de trabajo en dos meses
Este lunes 21 empiezo a trabajar como Product Manager en marketgoo, una empresa muy ambiciosa con un marcado enfoque de producto y una cultura de trabajo asíncrono que facilita el hecho de que sus trabajadores sean remotos; no tienen oficina física. Era mi objetivo desde hace algunos años, encontrar la libertad que el modelo industrial heredado de las fábricas no permite (ve a un sitio en un horario determinado y cuando acabes te vas a casa) y que sigue imponiéndose en la mayoría de las empresas. La pandemia ha demostrado que pueden ser igual de productivos con otra organización, ya sea en remoto, en asíncrono o con una jornada de cuatro días en vez de cinco.
Digo lo del modelo industrial heredado de las fábricas porque los datos lo avalan. No ha habido una adaptación de las condiciones de trabajo tras la revolución informática, aunque sí ha crecido la productividad por persona. Somos increíblemente más productivos aunque trabajamos como si siguiéramos fabricando tornillos.
Por supuesto que para una fábrica de Renault o una panadería es complicado cambiar su forma de trabajar, pero cualquier empresa que opere en Internet tiene en su mano plantearse el cambio sin que una pandemia mundial le obligue a ello, o directamente nacer con otro modelo diferente al tradicional.
He pasado más de dos meses buscando esa opción y no me he centrado solo en empresas españolas. A fin de cuentas, si el trabajo es remoto, ¿por qué la empresa no puede estar en otro país?. De esta manera casi todas las entrevistas han sido en inglés, con empresas y personas muy alejadas de mis conocidos en la industria. Alguna fue incluso por teléfono con la persona con el acento británico más cerrado que he conocido, llevando al límite mi comprensión del idioma de Shakespeare.
Quien ha buscado activamente trabajo casi a puerta fría sabe de sobra que cada entrevista es un examen vital, y da igual tu estado de ánimo o todos los ‘noes’ que hayas recibido, cada entrevista es una oportunidad que no se va a repetir. Quiero compartir mi experiencia por si a alguien le resulta útil, desde lo que fui sintiendo hasta lo que aprendí:
La globalización es un hecho
¿Son muy diferentes las preguntas de screening en una empresa de Florida de las de otra en Londres? No. Si a algo han contribuido las metodologías ágiles es a estandarizar la manera en la que se trabajan los productos digitales, por lo que en esta primera toma de contacto (casi siempre con una persona de Recursos Humanos -o de People, que suena mejor-) las casillas imaginarias que tienes que marcar son muy parecidas.
En mi experiencia, quien quiera trabajar como Product Manager debe responder afirmativamente a estas cuestiones o mencionarlas activamente:
- Saber trabajar en Agile
- Organizar y priorizar un backlog
- Construir roadmaps
- Experiencia lidiando con OKR
- Hacer experimentos y tests A/B
- Liderar a un equipo de desarrollo y/o multidisciplinar (según la empresa, si aquí dices que han estado “a tu cargo” mucho mejor, aunque personalmente reniego de las jerarquías)
Son elementos muy básicos que suelen corresponder con la descripción de la oferta de trabajo, pero no hay nada extraordinario y seguro que se puede añadir alguno más, pero esta entrevista la estás teniendo con una persona que está filtrando los candidatos para descartar los que no cumplan con esos requisitos básicos. La entrevista real la tendrás con una o varias personas del equipo de producto y/o alguien del C-level.
Aunque no es habitual, en este screening también se puede abordar el cultural fit, de manera que el filtrado es aún más fino para los recruiters. Estas son algunas preguntas que me hicieron. Y no es verdad eso de que no hay respuestas correctas o incorrectas. Sí que hay respuestas correctas:
- ¿Cómo dices que ‘no’ a la petición de un stakeholder o al CEO de tu empresa?
- ¿Cómo consigues mantener motivado a tu equipo?
- ¿Qué haces cuando alguien de tu equipo no es capaz de entregar sus tareas a tiempo o las entrega mal?
- ¿Por qué quieres cambiar de empresa? ¿Por qué quieres trabajar con nosotros?
- ¿Cómo actúas si algo sale mal?
En estas preguntas comienzan las trampas, ya que según la persona y la empresa que te las haga estará esperando una respuesta que se adapta a cómo se trabaja en esa empresa. Quizá en esa empresa a los stakeholders no se les puede decir que no. En este caso, a la primera pregunta la respuesta que te puede abrir las puertas de ese empleo quizá sea algo como “los stakeholders son sagrados porque conocen mucho mejor que yo las necesidades del producto y los usuarios”. Mi respuesta jamás ha sido ni será esa, así que para esa empresa mi respuesta fue una cagada monumental que me descartó del proceso.
Lo mismo para la de la motivación. Para algunas empresas la respuesta puede ser hacer reuniones, juegos de team building y para otras puede ser implicar a todos los miembros en las decisiones de la empresa con una política fuerte de transparencia y compromiso.
Por esto digo que en estas preguntas casi siempre la respuesta correcta coincide con la cultura y la metodología de trabajo de la empresa que te entrevista.
Las stress interviews
Se están poniendo de moda este tipo de entrevistas y yo creo que solo he estado en una, pero en esencia son fáciles de detectar: la persona que te entrevista solo te hace preguntas preestablecidas, sin provocar un diálogo y sus reacciones faciales son más hieráticas que las de las esculturas de faraones egipcios. Tampoco dejan que metas baza con preguntas o si preguntas algo la respuesta es muy vaga.
Se supone que si mantienes una actitud positiva y no te hundes emocionalmente ante una persona rancia que no parece importarle una mierda lo que le estás contando, demuestras fortaleza mental y seguridad en ti mismo. Personalmente estas entrevistas son las más injustas, ya que descarta a personas introvertidas pero tremendamente válidas y profesionales. También el entrevistador refleja una actitud sobre cómo se trabaja en esa empresa y quizá expulse del proceso a gente más que válida para el puesto por no querer trabajar en ese tipo de ambiente.
Los ejercicios
Es complicado hacer un ejercicio para valorar a un Product Manager, pero me he llegado a enfrentar a varios, algunos con tiempo limitado (unos diez o quince minutos) y otros sobre la marcha. Aquí también te dirán que no hay respuestas correctas, que solo quieren ver cómo piensas. Dejémoslo en que es una media verdad. Quieren ver cómo trabajas tú para ver si encaja en la manera en que se trabaja en su empresa, con su metodología establecida que no pretenden cambiar por ti.
En mi experiencia lo mejor que puedes hacer es no empezar resolviendo el ejercicio sino hacer preguntas, hacer muchas preguntas. En realidad, si el ejercicio está bien hecho, lo aprobarás haciendo buenas preguntas. Por ejemplo, lo más obvio es plantearte un sprint y que cuentes cómo lo montarías tú de principio a fin. Si empiezas hablando del kick-off, el PRD, el backlog, bla, bla, bla, quizá la estés cagando, porque quien te entrevista espera que le preguntes cosas:
- ¿Habéis hecho un experimento con esta feature que queréis implementar?
- ¿A qué métricas de negocio hay que prestar atención?
- ¿A qué user persona está enfocado esto?
- ¿Se ha hecho el discovery de esto? ¿Me dais información?
En definitiva, quieren que actúes como un Product Manager aunque el ejercicio no sea “Dime qué preguntas harías antes de un sprint”. Personalmente reconozco que me di cuenta de esto tarde en una de estas pruebas. Cagada. Sin que suene a excusa, una entrevista es tremendamente estresante y eso no juega a tu favor. Sin ánimo de hacer perder el tiempo a nadie, mi recomendación es apuntarse a puestos aunque no los quieras, solo para probarte en las entrevistas y encontrar tus puntos a mejorar.
O quizá no, a lo mejor están buscando a alguien que ejecute muy bien y que no plantee dudas al management team. Lo que está claro es que tú decides qué tipo de Product Manager eres y encajarás donde tengas que encajar.
El currículum
Es mucho más importante de lo que puede parecer. El currículum de un Product Manager no debe solo indicar tus estudios y las empresas para las que has trabajado, sino qué has hecho en esas empresas. Aquí volvemos a algo parecido a los checks de la screening interview. En este punto pecamos mucho los que escondemos lo obvio. Piensa que quien te entrevista seguro que no te conoce, así que necesita toda la información posible para hacerse una idea de lo que has hecho en tus experiencias profesionales.
Mi currículum fue evolucionando en los dos meses, pasando de tener párrafos narrados de mi experiencia a bulletpoints con las tareas/responsabilidades realizadas. Cuanto más directo, mejor. Ahora, que ya no necesito seguir buscando trabajo, tiene esta pinta.
Destaca proezas, mejor aún si son en datos. Por ejemplo: “en seis meses mejoré el MRR del producto en X” o “mejoramos el Churn en x% en dos semanas con dos experimentos rápidos”. Estarás diciendo mucho con dos palabras clave y un verbo.
El currículum tiene que contar tu experiencia, no quién eres. Para eso está la Cover letter.
La cover letter
Reconozco que al principio da pereza hacerlo. Personalmente me resulta complicado hablar de mí mismo con coherencia y expresar con palabras quién soy a alguien que solo tiene esas palabras para hacerse a la idea. Yo le dediqué mucho tiempo, y la he ido retocando en estos meses, iterándola si lo prefieres, pero al final conseguí redactar un folio que habla de quién soy y cómo eso afecta (en el buen sentido) al Product Manager que soy.
Un truco: no hagas una cover letter por cada oferta de trabajo, ten una plantilla y cambia un par de elementos cada vez. Aunque las ofertas y las empresas sean diferentes, tú eres la misma persona para todas ellas. En mi caso, esta es la plantilla que usaba en la que solo cambiaba la empresa para la que me postulaba como Product y, si me interesaba mucho, modificaba algún párrafo para que el encaje fuera mejor. No es el mejor ni el peor ejemplo, es simplemente el mío.
Los recruiters saben que escribir una buena cover letter lleva tiempo y esfuerzo, por lo que tener una te da más posibilidades de ser entrevistado. Quizá no se la lean completa, pero el mero hecho de entregársela te da puntos sí o sí. Expresa que te has tomado la molestia, ergo te interesa mucho el puesto.
En un caso incluso me pidieron hacer un vídeo explicando quién era en dos minutos. Me llevó una tarde, pero la primera entrevista me pareció muy personal. La persona que me entrevistaba ya me conocía de algo porque se lo había contado mirándole a los ojos (a la cámara, en este caso). También es positivo que me tomara el tiempo de hacerla, y esto sin duda es uno de los grandes filtros. ¿Cómo evitar recibir miles de CVs? Pon listones. Quien los pase es que realmente quiere y puede trabajar para ti.
Gestionando expectativas y tiempos
Ya lo he dicho antes, pero lo repito. Hacer entrevistas es un proceso muy estresante. Te plantas ante personas que juzgan tu valía como profesional, y eso se vuelve más duro ‘no’ tras ‘no’. Es importante no deprimirse en ese sentido. Mantén una actitud positiva. Un ‘no’ significa que ese trabajo no es para ti, no que no puedas hacerlo con solvencia.Existen demasiados criterios subjetivos y de timing como para que te lo puedas tomar mal.
Si, como fue mi caso, vas a hacer varias entrevistas, es importante que tengas claro qué vas a expresar. En algún momento llegué a hacer tres entrevistas en un mismo día. Acabas agotado, pero es importante que parezca que cada entrevista es única. La actitud lo es todo porque te enfrentas a desconocidos.
También es importante mantener las expectativas bajas. Yo tuve muchas entrevistas de libro, de guardarlas en un museo, en empresas que encajaban casi al 100% con mi visión de producto, pero no me escogieron. Aquí es fácil pensar, “si ni aquí me cogen, no me van a coger en ningún sitio”. Mentira. Lo he dicho ya varias veces, hay muchos factores en juego, demasiados. Puede que haya alguien mejor que tú, o puede que reprioricen sus necesidades. En cualquier caso, hacer las entrevistas perfectas no te asegura un puesto de trabajo.
El feedback de los recruiters
Si algún recruiter está leyendo este texto y no lo hace ya, por favor, dedica tiempo a dar feedback. Tenemos corazoncito y queremos saber qué ha pasado para no encajar. Quizá es que no nos buscan a nosotros, o quizá no encajamos porque la cagamos en una respuesta diciendo algo que se malinterpretó, pero necesitamos saberlo.
Reconozco que en estos dos meses he recibido bastante feedback que me ha ayudado a mejorar las entrevistas posteriores. En algunos casos era muy extenso y en otros muy vago, pero todos los feedbacks son de agradecer y de todos se sacan aprendizajes.
Dejadme que os cuente un caso bastante bochornoso por mi parte. Tenía agendada desde hace semanas una entrevista con una empresa que ya había olvidado. Diez minutos antes me alerta el calendario de esa entrevista y, por supuesto, no tengo apenas tiempo para prepararla, para hacer una mínima investigación de esa empresa. En el feedback que me dieron se incluía el hecho de que no parecía tener ni idea de cómo hacía negocio esa empresa. Todo se nota en las entrevistas, amigos. Ya no me volvió a pasar más.
Tú también entrevistas a la empresa
Según como esté redactada la oferta de trabajo y según la empresa que sea tendrás mucha o poca información sobre la misma y el equipo en el que entrarías a trabajar. Por eso es importante que tú también hagas preguntas al entrevistador sobre tu trabajo, el equipo, el ambiente, las políticas de recursos humanos, las vacaciones, etc. Cualquier información que necesites saber para que tú también puedas decidir si quieres trabajar ahí.
Hacer preguntas en una entrevista de trabajo, y más si es para un puesto de Product Manager, es positivo. Expresas deseo de encontrar un fit adecuado más allá de las tareas orgánicas. Preguntar por el ambiente de trabajo expresa la intención de hacer buenas migas con tus compañeros, no ser un mero lemming que hace su trabajo y punto. Las personas involucradas ganan puntos. Lo repito: somos seres empáticos y sociales.
A todas estas preguntas la empresa debe darte buenas respuestas, debe tener preparadas esas respuestas. No se te olvide, tú también entrevistas a la empresa y debes estar conforme y satisfecho con lo que te digan. Si no, quizá no es la empresa en la que trabajar.
Conclusiones
Es una maratón, no un sprint. Invierte tiempo en hacer un buen currículum y una buena cover letter. Si además le añades un portfolio, mejor aún. El mío es este. No es el mejor ni el peor, pero profundiza en los proyectos o productos en los que he trabajado de una manera que no se puede hacer en el CV o la cover letter.
Y sí, 30 entrevistas de trabajo y 29 ‘noes’ son difíciles de digerir, pero la paciencia y la perseverancia acaban dando sus frutos.
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